Despacio
con agilidad y cautela
ella tejió su telaraña
de mis anhelos,
deteniéndose
para celebrar la liberación
de mis suspiros de placer,
a sentir la caricia de sus antenas,
acechando su presa hasta la sumisión,
sin resistencia,
mientras sensaciones de hielo y fuego
piel desnudo engulleron
Alcanzando
en tácito unísono,
el pináculo de nuestro ascenso,
nos abrazamos con ojos cerrados
antes una caída libre
dentro del abismo de la sublimidad