Y de pronto
casi sin darnos cuenta
te deje de importar.
Lo supe al ver tu curiosidad perdida.
Al ya no encontrar rastros
de tus besos
desparramados a mi paso.
Al ya no ver el reflejo de tus ojos
bordeando las ventanas.
Lo supe al ya no escuchar
ése latido de campanas
que salía de tu corazón.
Y definitivamente lo supe
al ver mis manos vacías,
mis ojos sin agua,
mis noches de insomnio,
mis días sin ti.
.
©Armando Cano.