Te doy días de vida,
Y en segundos te llevo hacía la agonía,
Hay amada mía,
Hay de ti en mí,
Y creo que de mi en ti,
No hay más que cicatrices,
Cicatrices no curadas,
Frágil porcelana se ha convertido tu piel,
Algo trizada que poco aguanta,
Cicatriz que se abre al rozar nuestros cuerpos,
Cicatriz siempre abierta y guardada en silencio.
Silencio de convencimiento,
De convencerse a uno mismo,
De convencer a lo no vencido,
Vencer el miedo y recuperar lo perdido,
Sentir la aguja que atraviesa la piel,
Tejer en cruz un hilo,
Y unir lo que se ha desunido,
La piel es un conjunto, pero no una sola,
Talvez es el problema, somos un buen conjunto,
Pero no una gran unidad,
Quizás esa es nuestra gran cicatriz,
Cambiar el nosotros por el tú y el yo,
Por que entre tanto espacio que nos dimos,
Tú y yo quedamos sin espacio para nosotros mismos,
Las cicatrices se convirtieron en tumores,
Que se extendieron por todo tu cuerpo,
Como el peor de los canceres,
El cáncer de cicatriz,
No hay peor cáncer que aquel,
Aquel que no te mata,
Y tal vez no se pueda curar,
Te mantienes con vida en una agonía latente y silenciosa,
Que te ataca en los momentos de soledad,
La morfina no es suficiente para no sentir el dolor del recuerdo,
Y como borro una a una esas cicatrices,
¿Hay alguna lección?,
Quiero volverme un aprendiz,
Para aprender a curar…
Por que aprendí a dañar sin que nadie me enseñara,
Que injusto, no es justo, no lo es,
Aprendí a hacer el mal, por dejar de hacer el bien,
No quiero pensar ni escribir más,
Mi lápiz no tiene tinta y este papel se rompe solo,
Mi lápiz no quiere dejar cicatrices en este frágil papel.
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