Tu abanico rojo
mecías con rapidez,
tu invitación
me produjo ingravidez,
me falto
toda lucidez,
una chiquilla como tú,
con gran esplendidez,
el cansancio
me provoco languidez,
sumado a mí
timidez,
no pude valorarte
con nitidez,
me falto
rotundez,
al no parar al retardado
y su sandez,
echo de menos
tu alegre calidez,
perdona
mi estupidez.