Me dices un adiós sin inmutarte
y quedo por el golpe noqueado,
mi mundo de repente se ha parado
tan solo yo he vivido para amarte.
Motivos puedo ahora descifrarte,
a veces presentía un gesto helado,
frialdad de un corazón atormentado
que nunca comprendiera adivinarte.
Me dejas dando tumbos por la vida
y víctima me siento de tu engaño,
sin ver en el momento la salida.
Y echando en el olvido tanto daño:
te doy, con todo amor, mi despedida,
y solo lloraré mi desengaño.