¿Y qué diré
ante el brillo de tus ojos?
¿Y qué escribiré
ante el silencio de tu sonrisa?
¿Y qué pensaré
ante el rojo de tus labios?
¡Nada! Sólo me sumergiré
en la profundidad de tus misterios,
para beberme las esencias
de estos amores nuevos,
sabrosos como la lluvia
y enormes como los cielos.