Carta de amor para Leo...
Como demostrar que te amo y te deseo
con ardiente pasión y pecado y alborotas
mis ganas de ti, entre pasión y deseo
sé que te acomodas a tu modo,
y haces hervir la sangre dentro de mí
con anhelo de dejar sentir tu piel en mi piel,
entre las sábanas blancas de deseo
y desenfreno, unido al sudor de mi cuerpo
cabalgando sueños eróticos sin prohibiciones.
Te conocí una noche que hacía mucho frío,
tal vez eso me llevó a recargarme en tu pecho
y a sentirme cobijada pegadita bajo tu piel desnuda,
ya descascarados y sin pudor alguno, cedimos al placer
y eso nos llevó a tenernos y a sentirnos toda la noche
dando rienda al deseo que el cuerpo nos pedía,
si, quedar presos de un despertar glorioso,
y como un arcoíris matizamos el color del cielo
y muchas noches llenas de estrellas,
...había dos cuerpos abrazados a las ganas de amarse
sin censura y sin arrepentimiento, ni confesión de pecados,
era una mañana desnuda que nos invitó a seguir pecando,
todavía con calor en el cuerpo nos dimos todo sin pedir nada
y bajo las luces de un amanecer glorioso y divino,
yo dejaba mi vida, en tu vida y mi piel, en tu piel,
todavía había fuego bajo las sábanas de amor y deseo,
el día no está escrito solo se dio, y los dos cedimos
a las ganas de poseernos sin rubros, ni condenas,
pecado o condenación, confesión o penitencia,
la inocencia de mi alma y tu alma nos arrastró
a la pasión y al deseo y comulgamos con el pecado
de tenernos, sentirnos y darnos alma, vida y cuerpo,
tantas noches fueron como sentencia de vivir
lo que deseábamos, y nos quedamos quietos
al castigo que merecíamos de vivirnos para siempre,
juntando la vida y la muerte de los dos, en promesa
de amarnos todos las noches, seriamos una tentación
y uno para el otro, para seguir en comunión con la vida,
el alma y el cuerpo, pasión y deseo sin olvidar el amor
que fecundó cada momento de poseernos noches
y amaneceres, en un arcoíris de amor, ¡Soy tú arcoíris!
Noches y días sigo pensando en ti... ¡Muchas noches!
...Hasta donde estés mi amor te llegue, ¡te sigo amando!
¡Ahora mismo estoy pensando en ti, Amor, y en lo que vivimos!
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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