Con el tiempo, la mente se aquieta, quizás sin esfuerzo alguno, se van silenciando los pensamientos, aprendes a observar- te, a conocer la procedencia de cada miedo, de cada dolor, de tu resistencia al cambio, con el tiempo aprendes a escuchar y a observar, como un eterno alumno, que siempre está comenzando, que cada instante se vacía, con el tiempo, disminuyen tus palabras, te vas volviendo invisible, ya no te interesa ser visto, amado, aceptado, reconocido ni admirado, las opiniones ajenas te nutren, te enseñan, te construyen, porque has aprendido a transformarlo todo en aprendizaje, Con el tiempo empiezas a confiar en el plan de tu alma, y es que llegas a ese instante en el que no tienes otra opción que solo soltar, solo confiar, solo rendirte ante la vida, solo saltar al vacío y seguir adelante, haciendo camino al andar, con la certeza de que todo es como tiene que ser, y de que pase lo que pase, no estas solo, estas contigo, y que sea como sea llegarás a Ti, a tu corazón, Con el tiempo te vuelves hoja, que se desprende, y renace, y se desprende, y vuelve a nacer, ya no le temes a las caídas, ni a la palabra muerte, Con el tiempo, solo con el Tiempo logras sentir y comprender, que eres tu quien crea el tiempo, y que si el tiempo no existe, entonces tu tampoco existes, pero sólo con el tiempo, cuando ya te vuelves brisa que vuela libre en el tiempo sin tiempo.