\"Una manita blanca a la lejanía con afán me llama... ¿Será la parca?\"
En la decadencia de mi vida me encuentro,
lento y si sentir mi cuerpo ingresó al crepúsculo
de la existencia.
Las flores de mi jardín marchitas se encuentran ya,
aquellos ayeres cautivadores
de esplendor llenos,
parsimoniosos van que vuelan hacia
la decadente senectud.
El tiempo transita con más rapidez.
Permite la llegada a la edad del olvido.
Los ayeres seductores cada día
sin compasión expiran.
Los amores brillan si, brillan por su ausencia,
los reflejos siderales de aquellos tiempos
sin sentir se van desvaneciendo.
A su paso, solo tinieblas existen,
solitaria el alma queda.
Una retahíla
de inquietos y fugaces suspiros,
agobiados de estremecedores momentos.
Besarán la muerte con ahínco
embriagador.
bambam