Te he perdido, amándote
en ese amor primero
que se fue, gastado de tiempo
silencios y miradas lejanas.
Hasta que un día
el brillo amanecido en tu mirar
me hizo comprender
que de esa ausencia del alma
retornabas enamorada
Pero he perdido tu alma
en otro amor, que te ilumina
y aún te amo
con la felicidad, de verte
amanecida de soles
dejándome en la penumbra
estrellada, de mi interminable espera.