Ni las sombras escapan al alcance
del primitivo engendro en miniatura.
Hasta los sueños pierden la cordura
al reposar en su mirada en trance.
Se sumirá en un camuflado lance
el bicho que la abrace con ternura
sin preparar su propia sepultura
antes de planificar el romance.
Donde convergen a partes iguales
la extravagancia sobrenatural,
el punto de encuentro entre insecto y rana
y un marciano compuesto de retales.
Nacida para bien o para mal
como modelo de historia kafkiana.