Cuando uno suspira mirando la luna sin saber por qué.
Cuando se quiere llorar, gritar y reír sin parar de repetir
el nombre de la persona que se ama (¡no es souvenir!)
Cuando pasa el tiempo y viviendo se sabe qué
los recuerdos tienen mil cosas que contar.
Cuando un te quiero ya no alcanza.
Y los días atraviesan cual lanzas.
Relojes de arena, que no pueden esperar.
Cuando el sol deje de brillar.
La noche pierda su encanto.
Los poetas sucumban al barro.
Las aves callen, las calles bramen.
Aúlle de nuevo a la luna, en mi voracidad lobuna.
Y en esta locura, exclame tal vez, que
seguirás siendo mi edén, un sueño,
una fantasía… ¡el cielo, la luz y la poesía!