Circunnavegó la Tierra
en no muy consistentes embarcaciones
buscando nuevas rutas a la inmortalidad.
Enfrentó con valor el sabotaje
y la sublevación de sus hombres,
minados por el escorbuto.
Dura y fría proeza
fue cruzar las aguas de los patagones,
coronada con la muerte
en el feroz ataque de los filipinos.
Pero algo queda en la memoria de los pueblos
y la posteridad no ha sido ingrata del todo:
Varios sitios, en la Tierra y en el cielo,
conservan dignamente su nombre
como sello indeleble y carismático
en los archivos de la historia universal.