Es ardid decir: \"¡el tamaño no importa!\",
pues el hombre se la mira si es un regalo:
\"vaya, que por ventura, buena largura es mi falo,
que el triunfo está asegurado si bien se comporta.\"
Es ardid si el tamaño es más pobre, decir:
\"vaya, mi desventura está muy bien asegurada,
que el lado opuesto echará una ojeada
y el fracaso hablará y ya no podrá salir.\"
Es el hombre el peor juez medir su altura,
que ni triunfo ni fracaso será el juicio:
el fallo será según el sacrificio
que haga en la fiesta sin ninguna dictadura.
Pero... ¿y la mujer?, ¿juzgará su grandeza?.
El fallo se decidirá al final del partido:
el sexo es un deporte que no necesita vestido,
pero sí una desnudez con pelotas de firmeza.
NACHO REY