En el rubor de la brisa vive mi ser,
ha dejado atrás, bien lejos, la rabia.
Acartonada como es, ya no turba
mi alma y, hoy camino libre de ella.
Nadie se asombra ante mí, pero si
sé qué murmuran, con risas y llanto.
Qué triste es la vileza humana cuando
no se despoja de la curiosa la maldad.
Apenas sabemos algo, muy pobre es la
percepción del sentir ajeno que vemos.
Para ser observante hay que observar
y mirar con los ojos del alma a ese otro.
La Maga, la Diosa, la Virgen, todas en una,
son la réplica ausente en corporeidad de
la mujer santa y sagrada que existe en ti.
Conocer y sentir cuándo, tu diosidad está
presente en tu espíritu santo, es la señal.
¡No te pienses lejana de la magia celestial,
has nacido para reinar más allá del umbral!
Raiza N. Jiménez/2018
DEDICADO A TODAS LAS MUJERES Y NIÑAS QUE HACEN VIDA CONMIGO EN ESTE PLANO DE TRANSICIÓN.