Lucho por mis sueños, lucho por seguir componiendo
la música es mi vida y todo lo que anhelo.
Con ella escribo todo lo que siento, situaciones difíciles
y momentos buenos, recuerdos inolvidables y amores inciertos.
Amo mi talento porque Dios me lo ha dado,
y cada canción que escribo salen de muy adentro.
No canto pornografía como hacen hoy día,
canto lo que mi padre cierto día me decía.
Que el amor es como un jardín que hay que mantenerlo vivo,
regándolo cada mañana para tenerlo muy florecido
Me declaro enemigo público de la música que daña,
esa misma que enseña que a las niñas se le levanta la falda.
O que en una noche de rumba ya no se disfruta como antes,
que solo salimos al baile para buscar una noche inolvidable.
El romanticismo poco a poco se está extinguiendo,
ya no hay quien enamore con bellos versos.
No tengo nada en contra del reggaetón, es mi género
y cuando canto lo hago con amor, pero lastimosamente
hace parte de ese género de destrucción.
Es muy lindo ver a un niño haciendo cosas de niño,
no bailando y cantando canciones sin sentidos.
Pido disculpas si quizás ofendo, aunque no es la intención,
no quiero herir susceptibilidades y menos romper tu corazón.
Pero esto es lo que pienso y siento en mi corazón.
Quizás pensaras que soy anticuado o que soy de otro mundo,
pero dime algo ¿A dónde quedaron las citas en el parque
y los besos robados?
¿A donde quedaron las cartas que un amigo llevaba?,
esas misma que escribíamos y que enamoraban.
Ya todo se ha perdido, quedamos pocos con ese romanticismo,
el verdadero amor se muere y es a causa de música sin sentidos.
Hoy agradezco a las personas que apoyan mi talento,
a las que me levantaron cuando estaba en el suelo.
Sé que no soy perfecto y que a veces me equivoco,
pero seguiré para adelante sin importar si estoy cojo.