Refugio
Si no sabes qué hacer con tus dos manos
y no encuentras en tu jornada hermanos,
camina lento y siéntate a mi lado.
Ya otros sus penas en mi han refugiado
y su espíritu yermo, desolado
en mi alma muy tranquilo ha reposado.
No dejes que te asolen noches frías
y dime que en verdad en mi confías.
Recobra la esperanza en los humanos.
Piensa que tus penas ya han terminado
y coloca tus manos en las mías.