No me pises el silencio,
que el viento arrastra recuerdos
que reposan olvidados
en los pliegues de mi boca,
y mis lunas yacen rotas
apresadas por el tiempo
que devora lo que toca.
No me pises el silencio,
déjalo atado a mis ojos
y a las piedras del camino,
en él se escudan las ganas
de desafiar los designios
que arrastra nuestro destino.
No me pises el silencio
sin él me siento desnuda,
déjalo ser mi muralla,
mi guardián, no digas nada.
Maricel 12/11/2018