Tengo el alma revuelta,
el corazón desbocado,
la piel en llamas.
La bilis me quema la garganta,
escupo sangre negra
y de mis ojos brotan lágrimas secas.
Tiemblan mis piernas,
y en mis pies descalzos
se clavan los guijarros de la vida
mientras las zarzas me
desgarran el rostro.
Por momentos las fuerzas me abandonan
y me agarro a tu cuerpo
soñando con el agua de tus besos
y el maná de tus senos
pero el desierto lo ha invadido todo
y la dunas del miedo
arrasan tus praderas amorosas
y tus fuentes de vida
y tu piel se cuartea entre mis dedos
como tierra baldía
Llorare hasta que el agua de mi llanto
te devuelva la vida
rezaré hasta que la lluvia redentora
vivifique tu tierra
y el desierto se transforme en playa
y las dunas en olas
donde desnudos jugar bajo la luna,
donde el miedo no exista.