ALMA ESPARCIDA
En mi puño pensativo
O esquivo semblante:
Soy el silencio perdido entre tus ojos,
El suspiro enredado en la nostalgia,
Soy el verbo extraviado en tus decisiones
Y aun así,
Te busco en el ocaso de una sonrisa.
En el instante que atenúas mis intentos
Soy bardo imbricando lo que siento
En la metáfora de tus miradas
O el símil de la distancia y la cercanía,
Y aun así,
Te espero en el tiempo del arcoíris.
Tras los sueños acaecidos
Junto a las estrellas que tiritan lejanas,
Soy aedo en la epopeya de nuestras razones
Tratando de entender el exilio en el que me tienes,
O el desvelo en el que esparces mi alma
Cuando te busco y no te encuentro,
Y aun así,
Aquí me tienes
En la cesura de mis sentimientos,
Esperándote.
Esta frágil situación que pasa lenta
Y que me ubica frente a ti,
Me hace suplicarte en voz de juglar herido:
Deja que el viento escolte mis penas
Hacia el despertar del alba en el este.
Y allí enclaustrado en el silencio
Déjame balbucear por los ojos culpables
El último manifiesto del corazón,
Y me iré con el viento susurrando tu nombre,
Para esperarte en la luz de otro tiempo.
Y por última vez
Piénsame como soy,
Como la última vez que nos vimos,
En la gesta de nuestros labios
Que durará para siempre;
Y te ruego,
En la orilla del torrente de nuestras lágrimas,
En lugar de meandros crepusculares
Permíteme el amor
Hasta la geografía del último ocaso.