Los aires friolentos de la madrugada,
refrescan mi sangre, de fuego encendido,
provoca que piense de forma calmada,
limpiando el camino buscando el olvido.
Intento la calma teniendo paciencia,
del lado del otro soporto mirarla,
matando por dentro todita mi esencia,
sintiendo por dentro que debo olvidarla.
Volcanes dormidos, cubiertos de nieve,
están esperando, lanzar sus estruendos,
y cuando sucede la tierra se mueve,
lanzando de paso sonidos horrendos.
La noche de luna, comparte mi pena,
me siento extasiado, por ese motivo,
me duele la vida también me condena.
con calma simulo sentirme pasivo.
Mi dicha se fue, cambio de repente,.
calmaré mi rabia, se también perder,
cuando todo tienes te sientes campeón,
y no te interesa mirar la razón.
Soñando un mañana, con luces intensas,
robando ilusiones, disfruté la vida,
marchitas y muertas, se fueron mis fuerzas,
llegado el invierno, mi causa es perdida.