Abrazado en secreto a tu fronda augusta
Entre vientos y follajes, una voz inocente se quiebra en silencio
Nos acechan asesinos, entre las sombras, anochecidos
Despiadados, empuñando dagas recién templadas
Al filo de la muerte, sopla un viento sombrío y tétrico
Frío, que taladra los huesos con buriles asesinos
En la noche, sin secretos, Dios mío, como gimen las estrellas
Como invaden los silencios para robar los misterios
Oh daga, perversa y asesina, porque desnudas los troncos
Musitando malvadas armonías, silentes, afónicas
En la noche del espanto, nos acechan asesinos
Se estremecen los astros, desolados, agónicos
En la noche sin estrellas, por caminos desolados
Nos acechan los recuerdos, como hierros recién fundidos, ardientes
Se estremece la noche ciega, cargando en sus espaldas luces muertas, olvidadas
Nocturno de voz quebrada, llora el sol su tristeza, ante tu atezada piel, de olvido y muerte
Cómo lloran las estrellas, cómo gimen los celajes
Cuánto olvido hay en tu vientre, cuánta soledad en tu alma
Viento tenue de sollozos, entre camino empedrado
Nocturno de luna nueva, como corona de espanto
Hoy las estrellas tienen frío y la luna su llanto.