Permítame decirle:
Es usted un Ángel Señora,
No hay nadie en esta tierra,
Con la magia de su sonrisa,
Esa que conquista el alma.
Es usted mi majestad Señora,
una estrella que alumbra mi vida,
que es mi todo, mi total alegría.
Es usted una belleza única Señora,
mi alma es esclava de su mirada,
y en cada día de mi vida Señora,
pierdo la razón por su dulzura.
Es usted esperanza Señora,
música hermosa que no se olvida,
delicada rosa con espinas,
fuente interminable de amar,
Señora usted es amor, ternura, bondad,
Usted es una divinidad tallada a la perfecta,
Permítame decirle Señora,
Que le respeto, le quiero de un millón de maneras, que ni la vida entera me alcanzará para demostrárselas, pero lo intentare por usted Señora hasta mi último suspiro de vida.
Permítame decirle que todo empieza por usted, la vida, el amor y la familia. No hay un día que usted no se la luz de guía, la dulce compañía y el mejor regalo para nuestras vidas. Gracias Señora”.