Y él la miró
Y ella de devolvió la mirada
Y el mundo como lo conocemos perdió sentido
Y la realidad se volvió etérea
Y ya no existía ni vida ni muerte
Y todo a su alrededor desaparecía
Y se sumergieron en la combinación perfecta entre coherencia y caos
Y el desorden comenzaba a ceder tanta calma
Y ya no necesitaban si quiera oxígeno
Y se buscaron a sí mismos en las pupilas del otro
Y la esperanza fugaz regresaba
Y todo parecía simple y natural
Y por un instante se creyeron invencibles
Y la batalla del querer dio comienzo
Y el amor hizo jaque mate.
Y la pasión se llevó la victoria.