He perdido la razón teniéndola en mis brazos,
como quisiera yo perderla para volver a encontrarla.
Amándola he descubierto el mundo más allá de esta tierra y
hundido en mí tristeza ahora solo me humillo al verla.
Cuando por la tarde el acorde perfecto era ella y
se desataba sola el moño y se libraba de la seda, y
en el sueño blanco caía y dispersaba su olor a violetas,
yo posaba mis manos en sus ojos para que no me viera.
Cuántas cosas he tenido y con razón las he perdido,
por que he cambiado y a donde voy no quiero que me vean.
Me flagelo, lastimo; me siento un río turbio he indigno.
Cómo quisiera perder de una vez lo poco que me queda.
Nunca volverá el camino recto, un paso llevará a otro.
De algún modo yo también taparé mi rostro para no verla y
desataré el nudo al cuello y soltaré el rojo oscuro de mis venas,
derramaré el llanto contenido y no caerá una lágrima fuera.
Uff...
La tierra gira, y en su paso lento el sol nunca me ha visto,
la noche pasará cantando su lamento y quizá tampoco la vea.
- Una canción triste en un silencio infinito todo lo destierra -
Me he alejado demasiado, pero tú siempre serás lo que eras.