(I)
MIRADA INACABADA...
Los párpados caídos se anuncian infinitos,
bajo la calavera triste... duermen sin sustento,
crisantemos desnutridos
de agua y cera virgen...
en la mirada inacabada, de todos los lamentos.
(II)
LA CIUDAD Y LAS SOMBRAS...
Yacen neófitas catedrales de cobalto
entre ángeles informes, carcomidos
venerados en el asfalto repujado
en la iglesia de las flores, consumidos,
trenzada la espina de un pescado
al gato de la calle de los necios,
donde la aguja desnutrida de su ausencia
derrota la vorágine del precio.
(III)
EXTRAÑA LLAMA, DE AZUL Y ORO...
Nunca la belleza
es consumida...
como en las tardes veneradas
del invierno,
donde la dorada
cruz del beso...
desemboca en la herida
sin abrazo,
no es la llama maliciosa
de la tarde...
bisturí inveterado de gusano,
entre perros labradores...
se halla el rostro
sin licencia,
en la esquirla
desahogada....
desprovista de pecado.
(IV)
HOJARASCA SIN CADENA...
Orad en la palma de la mano
desnudad la hojarasca de incoherencia
en la fuente desnutrida de su beso
se agusana la gardenia de su labio,
libad el zumo de la brisa
perseguid el sueño sin harapos
la vida se revierte a borbotones
en la espada desabrida de su tallo.