Envidian tu belleza los rosales,
el sol que al contemplarte se oscurece,
la luna que a tus brillos palidece
y celos ya te tienen los trigales.
Relumbra con fulgor de los cristales
la luz de tu interior que resplandece;
y mi alma que amorosa, ya florece
bañada en tus fulgentes manantiales.
Devoto a tu persona y entregado
me tienes justamente a tus orillas
pidiendo que me quieras solamente.
Deseo de un eterno enamorado,
que adora tu grandeza y maravillas
y vive por tu amor perdidamente.