El sabor de una taza de café en la mañana
acompañada de una cálida sensación de placer de un amante
que traslada el aroma de silos labios a lo interno de mi ser
el sabor de una taza de café en la mañana
es áurico etéreo entre los labios ardiente de dos amantes
que se desbordan entre matutinos deseos
al cerrar los ojos la visión da llegada al paraíso,
en él un orgasmo intenso y genuino
al abrirlos, veo él omnipotente Dios explorando los rincones
de una antropófaga insaciable
deleitando sus sentidos con el gusto divino de mil tesoros
Apolo insaciable entre ambrosías terrenales
afrodita permitiendo el gozo a ese Dios humano
Humano!!!
cual Dios como él dueño del Olimpo
creador de montañas
en el valle de cientos de Diosas
ha de desear una terrenal Afrodita
montañas que emergen
mientras mi espalda se arquea
al recibir caricias en mi sagrado valle
la mañana se esconde entre el oscuro café
el omnipotente resurge del dulce placer
Mia Aragon