Como las ascuas de una hoguera
combustidas en el núcleo,
el más profundo del mirar.
Como vendas cromáticas:
nacen sin cuenta de ser juzgados sus detalles.
Afila los verdes, crea
las superficies mentales,
los páramos sin entramar.
Afila voces puras:
aquellas que cantan de su cierta creación.
Como la espada visual
forjada, con un lejano
cielo de cúmulos en llamas.
Como las aves etéreas:
vuelve entre horizontes elevados, al origen.