Hay días que amanece nublado
dentro y fuera del alma,
hay días que me quedaría en la cama
enredadito en tu cuerpo,
colgado de tu pecho,
bebiendo de tus labios,
días en los que el corazón se siente huérfano
y busca desesperadamente
un latido gemelo en quien recostarse,
pero el trabajo aguarda con gesto adusto
y “cal carregar la guitarra a la esquena...” .
Luego la espera interminable ,
la sombra negra que me persigue implacable
desde hace unos meses nublándome el cielo,
el espejo roto que me devuelve
pedazos inconexos de mi mismo ...
las horas pasan y por fin la vuelta al hogar,
al refugio de tus brazos,
al calor de tus pechos,
a la fuente de tus labios
que manan los besos de la vida.
Me enrosco en tu cintura
sintiendo el perfume de tu sexo
mezclarse con el aroma de tu piel de manzana,
pero el deseo duerme
mientras la ternura nos envuelve
en su capullo de seda ...
Se acabo la pesadilla y empieza el sueño,
el dulce sueño.
Mañana será otro día.