Hay en la noche una lágrima
en cada estrella
Parecen titilar y se pasan su
dolor entre ellas
Estoy desnudo con los brazos
extendidos
La noche me abruma, escucho
los gatos cotilleando sobre mi
desvergüenza
Ven lluvia lávame de pecados,
de verbos que duelen, palabras
no sentidas en el alma mía, de
motivos pecaminosos
Al final de esta noche, anhelo
vestir mi alma y mi cuerpo de
blanco impóluto, volver a sentir
el corazón de niño latiendo en
mi pecho