Escribiré en estas hojas hasta que pasen todas las horas y mi tristeza se desborde
Hasta cuando sea viejo y en el kamasutra invente nuevas poses
Hasta cuando queme los disfraces que encubren la realidad de mi pena y mande versos llenos de furia para esa gente que busca mi condena
Hasta cuando el saxofón del jazz se aburra de sonar y cuando eso pase yo empiece a declamar.
Hasta cuando deje de inspirarme con las ultimas tres palabras de la línea anterior, hasta cuando ya no haya basura en el televisor
Hasta cuando llegue en la madrugada y suba por las gradas en vez del ascensor
Hasta cuando mi inspiración aparezca de nuevo y esta vez no sea por el dolor.
Porque existen muchas cosas que llaman mi atención
Lo tenue del canto de las aves en esta época sin corazón
La sonrisa de los niños llena de motivación
El señor que cuida los carros sin malicia y ambición
La chica con la que hablo mientras suena esta canción
El fuego en los labios y la prisión de la razón, el amor desbordado y pobre de significación
La vida pasando mientras los faros dañados no se van encendiendo, las calles oscuras y los mendigos drogas consumiendo
La bohemia de la noche y el folclore a esta hora apareciendo, rimas que iluminan mientras todo va oscureciendo
Poetas frustrados con insomnio escribiendo... ya mismo toca el trabajo, está amaneciendo...
Soldados de la vida que nadie les va agradeciendo.
Palabras esculpidas por penas acumuladas, por eso la inspiración llega y no hay que buscarla.
Cada que atino en una frase siento un desfase, como si fuera a entrar en un trance o como si ya no tuviera otro chance de volver a transformar en dulces versos mis percances.