Dulce destierro
De mis sueños profundos
Colmillos de fiera
Ya no caben en mi cuerpo
Los lamentos incansables
Alteran mi razón
Deja ya de vestirte de oveja
Que la lana ya no alcanza
Para vestirte de seda
¿Por qué usas tanta piel?
Quemé mis ojos con tu abrigo de lana
Salte en las llamas
De tu infierno carmín
Me diste la mano
Pero el tren ya había partido
Me quedé esperando
Hasta la última campanada
Vi como el sol se tomaba la avenida
Se retiraba lento
No se quería ir
La despedida inminente
En la cuarta campanada
La montaña lo abraza
Que es la hora de dormir