Un río humano avanza
bajo el sol abrasador,
van sin miedo
con su cara descubierta
y a pié firme caminando.
Son mujeres, niños y hombres
salieron de Honduras, El Salvador, Guatemala
huyéndo de la violencia,
de la pobreza y miseria.
El día apaga la luz de la tormenta
en su interior
sacando fuerzas y coraje para seguir...
Algunos se van quedando en el camino
perdídos, enfermos, desconcertados.
La mayoría siguen adelante
tratando de alcanzar
la dulce esperanza de llegar
hasta su destino final.
18-11-2018
Mi humilde apoyo y homenaje
a tantas personas buenas de corazón
que se sienten abandonadas
por quienes gobiernan sus países
y no hacen nada por erradicar la brutal
violencia que viven y la miseria
empujándoles a migrar
y buscarse una vida incierta
pero al menos soñando
con un futuro mejor.