¿Adónde vas a llevarme?
preguntó el niño a la Dama Nii
aquella triste mañana del 24 de abril de 1185.
Ésta, llorando le dirigió una mirada
mientras ataba su largo pelo negro
sobre el vestido blanco.
Luego le juntó las manos,
le ordenó despedirse de todo,
y estrechándolo bien contra su pecho,
le susurró al oído:
Oculto entre las aguas está nuestro palacio.
Y se arrojó con él al fondo del océano.
Dicen los pescadores de aquellas latitudes
que Antoku con su abuela y otros samuráis
vencidos en batalla,
fundaron un imperio debajo de los mares.
Además, aseguran que ejércitos fantasmas,
tratando de borrar esa derrota histórica,
lavan continuamente la sangre de los Heike
que viven camuflados en forma de cangrejos.