Y mientras tanto, nuestros labios se tocaron, con locura y frenesí, nuestras almas formaron una sola desde ahí. Te mire bajo la luz plateada y el olor que de tu cabello emanaba a mis sentidos completamente embelesaban, eras dueña de mi voluntad y cordura, sentía tu pecho arder, arder como el mismo sol, y con el mío se fundía.
Y mientras tanto ya sabia lo que el amor en realidad es, tomaba tu mano y caminábamos bajo el cielo estrellado que con tanto celo te seguía, y mientras tanto tu piel brillaba, radiaba como el trémulo silencio en mi atardecer. Tu mirada cruzo con la mía y un mar de sentimientos salieron a flote, todo lo veía, todo lo podía, ¿solo por quien? por quien iba en mi companía.
El invierno se acercaba y con ello, el viento que sopla y todo se lleva, el frío que congela pero une, murmullos y melodías en el mismo se paseaban, llenaban el rededor con cantos que a tu ser deleitaban.
Una estrella señalada, y ahora lo comprendo, tu brillo ni a lado de la estrella mas grande y cercana podría igualarse.
Al cruzar la calle distraído me vi, tomada y guiada de mi mano te sentí, luz brillante y el frenado de repente a la razón de mi existir puso fin. Dios ¿Por qué? ¿Por qué no me has llevado a mí?
A varias metros te hallabas de mí, gritaba, gritaba, tu nombre pronunciaba, pero a mi llamado tu voz no respondía. Mi cuerpo inmóvil yacía, mi alma hecha pedazos, mi corazón enloquecido de dolor a mi cuerpo impulso.
La sangre y la tierra me cubrían, mas mi cuerpo por la acera arrastraba, mi mirada en tu cuerpo se clavaba, \"Llegue, llegue amada mía\"- a sus pies pronuncie-.
Mirarte ahí tendida, mirar a la que es dueña de mi vida, mirarte, tomar tu mano, sentir que tu pulso no podía, avanzar mas y mas, hasta tu pecho llegar y oír que tu corazón ya en esos momentos no latía... A mis ojos, pesadas, cargadas de ira y resentimiento, lágrimas acudían. \"¡NO!\"-Exclame-
Pues deberán saber que quien aquella estrella señalaba era... YO