I
Al igual que el pastor en el desierto
Te pido por medio de mi plegaria
Que unjas mi cabeza con aceite
¡Amado Jesucristo¡
Porque ungir es derramar
El aceite poderoso y sagrado
Sobre aquel que lo ha solicitado
Y delante de tu presencia se ha postrado
Con humildad y con prudencia
Pidiéndote que con tu sapiencia
Y tu bondad divina
Le des la tranquilidad genuina
Que su lama tanto necesita
II
¡Unge mi cabeza con aceite¡
Amado redentor
Y has en mí una excelente labor
Por medio de tu Espíritu Santo
Haciendo de este humilde vaso
Un templo puro y divino
Donde habite lo sublime
Aquello que mi vida redime
De paz, sanidad y alivio
Y no le temeré al peligro
Porque sé que bajo tu abrigo
Estaré protegida
Ahora, mañana y siempre
III
¡Unge mi cabeza con aceite¡
Amado Jesucristo
Y una vez más te invito
Que dirijas mi existencia
Toma el control de mis pensamientos
Quiero que mis sentimientos
Sean un fiel reflejo de tu amor
Aleja de mi todo lo que me acongoja
Y aquello que de mi alma roba
La paz pura y genuina
Que encuentro en tu presencia
Cuando te rindo a ti pleitesía
Por medio de mis lindas poesías
IV
Amigo tu que me sigues
Y con mis poesías recibes
Las bendiciones del altísimo
Te invito que aceptes al señor
Como tu precioso pastor
Para que el derrame su aceite en tu ser
El sanara las heridas
Que perturban hoy tu alma
Él quiere darte la calma
Que tu corazón necesita
Llenando de paz y esperanza
De gozo y de valentía
Toda tu existencia
ENEIDA JOSEFINA BRAVO REALZA
POETISA DE JESUCRISTO
EL BAÚL-VENEZUELA
19/11/2.018.
07:30 A.M