Deja, amor, que el rocío te acaricie,
asciende la escalera del suspiro
que mi pecho levanta al contemplarte
en un aire que es canto y es viento.
Deja que se encuentren tu sueño
y el mío allá donde el olvido
vela con sus lágrimas
los sollozos del amor.
Date a las corrientes y a las flores
que aguardan anhelantes
tu cuerpo entre la niebla.
Desátate tus ropas en el alba
cuando palidecen las estrellas
y deja amor que el rocío te acaricie.