Si algo he de confesar cada mañana
es amanecer sintiéndome presente.
Reconozco, a quien quiera que sea,
aquella máscara con cuerpo
reflejada en ese espejo.
Si algo he de aceptar cada medio día
es no moverme por mí misma.
E ir flotando en un mar de asfalto,
entre orquestas de autos y bulla.
Ir andando sin rumbo ni metas,
andando por andar, por nada ni nadie.
Si algo he de admitir cada tarde
es sentir mis ganas agotadas.
Me recuesto en una cama fría, blanda,
y entrego mi cuerpo al ocio,
a la nostálgica melancolía.
Si algo he de comprobar cada noche
es el haberme perdido por completo.
No sé quién soy, ni lo que hago.
Escribo unos cuantos versos
empapados de realidad y pesados silencios,
y decido dormir para huir de mis dudas.
Si algo he de confesar cada mañana
es amanecer sintiéndome presente...