Déjame morir despacio
mientras se pierde aquél sol
resbalándose en ocasos...
Déjame que parta lento
mientras mi alma se trepa
en la copa de aquél árbol
para beber el adios
de amaneceres tan vanos...
Déjame morir despacio
mientras se calla mi voz
para buscar tu remanso
mientras postergando voy
mis últimos aletazos
que han de marcarme la ausencia
en este peregrinaje escazo.
Déjame que parta lento
sin que derrame el rencor
que ha marchitado mi lecho
y después de mi partida
me trepe en algún lucero
Sé que me voy...
me estoy yendo...
dejo de ver el gris
el aoscuro gris sediento
con que vestía mi vida
en cada desencuentro viejo
Déjame morir despacio
como deteniendo el tiempo
mientras alcanzas tus manos
sacándome del destierro
Se que me voy
ya me etoy yendo lejos...
me estoy alzando del suelo
¡ DIOS!
¡BENDITO SEAS MI DIOS!
¡QUE HERMOSO HA SIDO TU ENCUENTRO!
ALAS