Ya corren por las murallas
como en orden de batalla
camino del lagar
es la aceituna temprana
que doblegada por las varas
el rocío enmascara
la puerta del olivar
lloran y sufren callados
los olivos enmarcados
la mies de oro no quieren soltar
y cantan los aceituneros
tendiendo los fardos al viento
tejiendo los pensamientos
la tarde calléndo esta
hay un murmullo de espuma
en la rueda del molino
que sin conciencia revienta
los frutos de la ciencia
que desde la torva camina
esa esencia divina
que endúlza el paladar
de los platos de las mesas
del que lo pueda comprar...
Ya la recolección ha empezado
días de lluvia y sol
de un campo enamorado
el trabajo del labrador
la aceituna corre y vuela
arrastrada por el tractor
obligada hasta el molino
donde rompe su corazón
allí donde la piedra
gira, cumpliendo su obligación
la prensa aprieta y salpíca
del oro la sana flor
liquido que corre y brilla
como los rayos del sol
que iluminan la buhardilla
con todo su candor
ahora el pobre busca y rebusca
lo que otro olvidó
poco pan y poco aceite
hay en el jarríllo
en la mirada el tenue brillo
y un vacío en el corazón
unos tanto y otros tan poco
la tierra suspirando está
en la ladera de la sierra
brilla el oscuro olivar
y cantan los aceituneros
tendiendo los fardos al viento
tejiendo los pensamientos
la tarde calléndo está...
Ya se pasea la luna
se duerme en el sendero
regresa el arriero
con el serón y la burra
olivares de la tierra mía
verdes verdes olivares
que inspiran y suspiran
y hacen eco mis cantáres
llenando el paisaje
de olorosas melodías
que del fondo del alma salen
volando con alegría...