Durante la madrugada
deseando conocer el mundo
fuera de España, escuchaba
las ondas y no era lo que
te contaban y negaban
que había huelgas y censuraban
la muerte y las obras de un poeta
y un beso de pasión, era un beso
de hermanos, y una procesión
era un desfile de las fuerzas
vivas oficiales con los zapatos
y las botas muy brillantes,
los soldados muy cansados
y los superiores muy
marciales, y yo me refugiába
en la oscuridad de mi cuarto,
la antena oteaba el espacio
como un batiscáfo, y desde
aquella emisora lejana
nos consolaban diciendo,
habrá otro mañana
y no tendrás que esperar
a la madrugada.
!Niño apaga la radio
que las paredes oyen y mañana
trabájas.