(I)
Cuando el labio
surge temible...
herido y descuidado,
y los inviernos apenas
se desgastan tenues...
en su pálida ternura,
homéricos desdenes...
a veces se transforman
en un rosal helado,
en el lago
descuidado...
por su anárquica
ventura.
(II)
A veces veo:
seres tristes...
profundamente tristes,
apenas deshauciados...
en lo inconsolable de su ser.