Sonó,
hoy sonó
aquella alarma que
sin saberlo, todo lo acabó.
Se llevó todo a su tiempo sin dolor,
se llevó las misas, los pájaros, los juglares,
los versos, la tradición, la cultura, las leyendas,
los sombreros, la cumbia, los poporos, los árboles…
Hoy, los que a lo lindo se beneficiaban de todo esto, parece
que aquí nunca sus pies pisaron, olvidaron... y allí
en donde habita la triste alma de un pueblo
perdido, se levantó lo que hoy nos tocó.
Y aunque no aceptemos ese hado
nada hacemos porque la
anterior vida, murió.
¿Qué nos queda?
nada hay hoy.
Ahora,
nada.