No me mueve el interés de la fémina,
ella está inerte en mi pobre existencia;
¿por qué?: dos intereses opuestos en métrica
y no cabe más entre tanta independencia.
No me veo entre millones de mujeres, desnudo;
ni ellas desnudas en mi terraza de papel.
No hay corriente fémina, ni yo pasar por su embudo,
que ya se sabe, positivo y negativo no acaban en clavel.
No me extraña, ¡ay, fémina! que tu sentido
del humor sea tan negro como el suicidio.
Camino, te miro (aunque sé que soy un desconocido)
y tu cara es la Muerte: ¡¡es verdad, no te envidio!!
No me atrae la \"mala mujer\" escrita en tu camiseta,
(que será verdad o no) ni tu disco pop \"Erótica\";
que es cierto que no te conozco, que muerta como la peseta,
sólo en mis sueños eres una bomba atómica.
No me llueve la niña oscura de tu mazmorra,
y verte me produce morriña y aroma de cicuta;
(con tristeza) entre tú y yo hay más camorra
que amistad: ¡¡ni yo sórdido ni tú prostituta!!.
NACHO REY