Manu Velázquez

Fotosíntesis

Aquellas razones descalzas de aquel modesto, respetuoso, tímido, profundo, intenso, sencillo, sumiso, llano, reservado, apocado, y afable joven, se deleitaban al sentir la tierra regada.

Esa frescura que rejuvenecía las ramas con una caricia tierna  y que le hacia perder el equilibrio por momentos.
La estrella encantada lo hacia vibrar, conmoverse y apasionarse.

El sol, además de hacer florecer jardines florecía a los mortales y alegraba a los afligidos. Ese retrato desordenado,olvidado, disgregado y esparcido por su mente se volvían a reunir y conectar nuevamente.


Su ímpetu por crecer le hizo perder el impulso de sus ramas viejas que se entrelazaban entre ellas, esas que ocultaban su nuevo retoño, esas que no querían crecer, esas que prohibían libertad, hasta que por fin se cayeron. 
El soltó, entregó, confió y agradeció.