Cubierta de noche, hechizada de tinieblas y negrura
Con tus brazos abiertos como alas de sueño
Oscurecidas de sombra,
Imponentes oteros donde recostar mi alma y mi pecho
He abandonado mi corazón en tu pensamiento
Entregado mi vida a tu latido
Tus ojos clavados en mi esencia
En la oscuridad que se ilumina con un beso furtivo
Cuánto deseo, que enmudece mi lengua
Hálito tenue, que enciende la hoguera
Sin tan solo pudiera acercarme a tu alma
Invisible, etéreo. Alcanzaría tus labios para iluminar tu sonrisa
Puedo escribir el verso de tus ojos negros
Escribir entre nubes, las sombras de tu olvido
Puedo cantar el himno de tus ojos negros
Tristes, profundos, la noche sin astros se refleja en ellos
Una palabra simple, una sonrisa ajena
En la oscuridad de la noche, se descubre tu partida
Una nostalgia oscura, ingenua,
Melancolía infantil del alma mía