Mi lamento es un grito de dolor
Por un amor desvelado.
Que nació para no terminar
Y murió sin final.
Fue muerte prematura
Debido a la inmadurez de sus defensas.
Guardaré luto permanente
Y silencio consecuente.
Y desde el enlutado de mi sino
Y de tu perfil permanente
Se escuchará un coro incesante
De lúcidas voces sin voz.
De los lamentos de la bruma .
Y entre el silencio y la nada
Discurrirán los sentimientos largos
Y el derrotero corto del olvido.
Perdidos en múltiples plegarias
Y arrodillados ante el altar
Y con las manos juntas,
Se esconderán las lágrimas mohinas.
Los corazones sucumbiran
Ante la amargura de la hiel.
Saboreando lo desagradable del amanecer
Y de los desencantos y las desilusiones del despertar.
El amor es inconstante y no perdona
y las personas somos antojos
de nuestra incongruencia.
El amor también es caprichoso
Y a veces muere en la intolerancia.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
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