Hoy he decidido desaparecer, tomar el próximo tren con rumbo al olvido y no mirar a través de los cristales empañados.
Nunca percibí el sabor de la victoria en tus labios y lamento no haber podido tocar tu rostro un poco más, estoy decepcionado de no haber conocido tus pensamientos más profundos y tus anhelos más grandes, me voy pálido de amargura, pero con la cabeza en alto: me voy completo, me voy cauteloso para evitar que me mires.
El tiempo me fue consumiendo susurrando cada día el final acercándose sigilosamente, un desenlace que minuciosamente vi venir.
Hoy observo mis palabras disipandose con el frío que enviste cada recuerdo: recuerdos marchitos, vestigios de lo que alguna vez pudo ser.
No sabré de ti
No conoceré más tu paradero
Mi último latido no será a tu lado,
Pero auguro que mi último pensamiento será dirigido a ti.