Otra luz. Uno
Me saltan los vacíos
se separan del cuerpo
y llegan los asombros
con la luz que me invade.
Aquilato lo eterno,
¡enorme!
El silencio me invade
con la luz diferente.
Esa luz, esa,
llena de ternura
con rayos de alborada
y el tiempo que no pasa.
Percibo sí, los cambios
traducidos en dintel de la puerta,
y llenan, ¡oh mi fantasía!
a mi alma que es todo ojos.
Centro mi nuevo porvenir
y el esplendor me llena
dejándome llevar por la luz,
que intuyo,
es una nueva vida.
Una seguridad invade
todo temor de antes
quita los desequilibrios
al alma que se ve plena.
Simón Abadía